Elvis y la Barcarola de Offenbach

Jacques Offenbach

Jacques Offenbach (PD Wikimedia Commons)

A Jacques Offenbach, compositor francés nacido en Colonia (Alemania) hace exactamente 193 años, se le recuerda sobre todo por su gran aportación al género de la opereta, un teatro musical ligero en el que se alternan partes recitadas con otras cantadas, además de danzas. De hecho se le suele considerar como el padre de este género, que llegará a su máximo esplendor en la Viena de fin de siglo y que de alguna manera podemos considerar como el precursor más importante del moderno musical.

SIn embargo hoy aprovechamos su aniversario para recordar las dos únicas óperas (utilizando este término en sentido estricto) que compuso: Die Rheinnixen (Las hadas del Rin) y Los cuentos de Hoffmann. Tal como sugiere el mismo título, el libreto de esta última se basa en varios cuentos de uno de los más importantes exponentes del romanticismo negro, el escritor alemán E.T.A. Hoffmann, incluyendo su relato más famoso, El hombre de arena. Aquí Hoffmann explora uno de los temas del imaginario romántico muy presente también en la literatura fantástica posterior y en el cine: el del autómata, o los intentos de la ciencia y la tecnología de construir un ser humano. Este mismo cuento sirvió de inspiración a Paul Berry para la realización de un cortometraje de animación con la técnica stop motion que obtuvo una nominación al Óscar en 1992.

El número más famoso de Los cuentos de Hoffmann y, junto con el cancan de la opereta Orfeo en los infiernos, de todo el repertorio de Offenbach es sin duda la barcarola Belle nuit, ô nuit d’amour.  Curiosamente, el compositor francés no lo escribió para esta ópera, sino para la otra que citamos arriba, Die Rheinnixen, en la que era la canción de los elfos. Offenbach murió sin poder terminar Los cuentos de Hoffmann, tarea que llevó a cabo Ernest Guiraud, quien, además de completar la orquestación y escribir los recitativos, incluyó en la partitura este dúo para soprano y mezzosoprano, en el vídeo siguiente interpretado por Anna Netrebko y Elina Garanča.

En la representación de la ópera, la mezzosoprano tiene que caracterizarse de hombre, pues el personaje que interpreta es el de Nicklausse, un amigo de Hoffmann (el protagonista de la ópera de Offenbach es el mismo poeta que la inspiró), quien canta la barcarola junto con Giulietta, una cortesana veneciana, en un palacio a orillas del Gran Canal.

Esta pieza tiene un carácter melancólico y ensoñador, muy similar al carácter de la ciudad lagunar al atardecer, al que sin duda contribuyen tanto el compás binario compuesto (6/8) como la reiteración de prácticamente todas las frases. Posiblemente ese carácter sea la razón por la que Roberto Benigni la eligió para que sonara en dos momentos de su película La vida es bella (tres Óscars, uno de los cuales fue para la mejor banda sonora): cuando Guido, el protagonista, va al teatro donde representan Los cuentos de Hoffmann para encontrar e intentar conquistar a Dora y cuando Guido, aprovechando un descuido de los nazis, pone la barcarola por la megafonía para transmitir así a Dora el mensaje de que tanto él como el pequeño Giosué están bien.

En el cine hay también una curiosa versión en clave de rock and roll, nada menos que del rey de este género, Elvis Presley. Se titula Tonight is so Right for Love y pertenece a la banda sonora de G.I. Blues, la primera película que protagonizó Elvis tras volver de los dos años que pasó en Alemania prestando el servicio militar.

Para finalizar, a continuación tenemos la partitura del arreglo que he preparado para flauta dulce soprano, alto y piano.

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  2. Javier G. Valdivia Reply

    Me ha encantado la historia de la Barcarola, Massimo, es de esas músicas pegadizas que habremos escuchado en anuncios montones de veces, seguramente, y que también habrá sido versionada hasta la saciedad. La de Elvis no la conocía, tengo que reconocer que aunque me gustan la mayoría de sus canciones jamás aguanté más de 5 minutos ninguna de sus películas, ni de niño siquiera. Pero si sé que de su mili en Alemania se trajo algo más que su novia, y futura mujer, Priscilla. Llegó como un chico un poco salvaje y bastante ignorante del sur profundo y allí conoció otras músicas, clásicas y populares, que le influyeron en su carrera. No solo el «O sole mío» napolitano (It’s now or never) que tu conocerás de sobra, se atrevió incluso con canciones folclóricas alemanas como Muss I Denn cantada mitad en inglés y mitad en alemán.
    Vamos, que en la travesía del océano se le diluyó un poquito el alma rockanrolera y volvió un poco más cursi y repeinadito 😉

    • Massimo Pennesi Reply

      Muchas gracias por tu comentario, Javier, como siempre muy enriquecedor (sigo esperando con impaciencia el estreno de tu nuevo blog). 🙂
      Tengo que confesarte que yo sí vi algunas de sus películas, la mayoría de ellas con Elvis vistiendo el uniforme. Como única disculpa puedo alegar la edad del pavo. Tenía 13 años cuando Elvis murió. Durante todo el mes siguiente, hasta casi empezar el nuevo curso escolar, transmitieron en la tele creo que toda la filmografía. 😉

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  9. Lucía Reply

    También aparece en El Verdugo, de Berlanga, en una de las mejores escenas de la película: https://www.youtube.com/watch?v=s3s8zcBCVw4

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