Hasta el momento hemos visto dos formatos de audio digital: el formato WAV, sin compresión, y el formato MP3, comprimido. Otros formatos muy conocidos y empleados son el AIFF, no comprimido, y el Ogg Vorbis, comprimido.
Si queremos editar un archivo en uno de estos formatos, sólo tenemos que abrirlos desde el menú Archivo -> Abrir... de Audacity.
Aparecerá el patrón de sonido en el área de trabajo, muy probablemente con una pista estéreo, es decir con dos canales, uno, el superior, para el altavoz (o auricular) izquierdo (L) y el otro, el inferior, para el derecho (R).
Sin embargo, Audacity no puede abrir pistas de compact disc de audio, de manera que si queremos editar una canción que tenemos en un CD tenemos que previamente grabarla al disco duro con otro programa. Por el momento no profundizamos en esta dirección porque probablemente es inecesario: la gran mayoría de nosotros tiene su lector de MP3 y sabe cómo ponerle las canciones de sus CD. No obstante, si alguien tiene dudas, que mande un mensaje al foro, en el cual recibirá la respuesta de sus compañeros/as o profesor.
Al abrir un archivo de audio con música en formato estéreo nos encontramos con una ventana parecida a la siguiente:
Aunque muy parecidos, los dos canales de la pista estéreo no son iguales (sería absurdo gastar el doble de recursos para el mismo resultado). Y, al contrario, aunque los dos canales son independientes y podrían tener dos señales totalmente diferentes, usualmente la señal en un canal está relacionada con la señal del otro canal.
Esto es debido a que con la grabación y la reproducción estereofónica se intenta conservar la sensación de "profundidad" original del sonido, y proporcionar al oyente la capacidad de percibir la distancia de cada fuente sonora y su situación en el espacio.
Cuando oímos "en directo" distinguimos la distancia y situación de las fuentes sonoras porque el cerebro combina las diferentes (aunque muy similares) informaciones procedentes de los dos oídos.
Cuando se graba en estéreo, se sitúan dos micrófonos algo alejados entre ellos para que capten lo que se oye desde dos diferentes puntos de escucha. La reproducción simultánea de las dos grabaciones en dos altavoces bien separados (o directamente en los dos oídos, mediante auriculares) recrea cierto efecto de realismo.
A veces puede merecer la pena renunciar a las ventajas del sonido estereofónico para reducir el tamaño del archivo, sobre todo si el archivo resultante tiene que viajar por Internet y ser reproducido sobre todo en ordenadores, cuya fidelidad de sonido suele ser escasa.
Otras veces es incluso recomendable convertir a mono, por ejemplo: si estamos creando un timbre para teléfono móvil, es inútil malgastar memoria en dos canales cuando el sonido será reproducido por un único altavoz.
Vamos entonces a ver cómo hacerlo.
El resultado es un archivo mono, cuyo tamaño será la mitad del original estereofónico.
El último paso no es indispensable, ya que cuando exportamos a MP3, o a otro formato de audio, las pistas se mezclan automáticamente, y ya que sólo quedan pistas mono, el archivo resultante será mono.