La flauta dulce y la temperatura del aire
Tanto las notas graves (sobre todo las inferiores al mi) como las agudas (las que necesitan destapar la mitad del portavoz) son las más difíciles de tocar en la flauta dulce, ya que no dependen sólo de la correcta posición de los dedos sino también de una adecuada emisión del aire.
Son dos los parámetros que tenemos que vigilar si queremos que suene la nota exacta y con la intensidad deseada: la cantidad y la presión del aire que soplamos en el instrumento. El problema está en independizar esos dos parámetros, de tal manera que, por un lado, las notas graves mantengan una sonoridad plena y no sobresalga ningún armónico y por el otro, las agudas no se conviertan en pitidos insoportables.
Hay un truco que me está dando resultados estupendos: en vez de hablar de presión les hablo de temperatura del aire. Dicho de otra manera, las notas graves se tocan con aire caliente y las agudas con aire frío: cuanto más aguda sea la nota, más frío deberá ser el aire que emplearemos. La efectividad de este truco está en que este nuevo concepto (la temperatura) es más fácil de experimentar y medir empíricamente que el anterior (la presión) colocando una mano a breve distancia de la boca. Su eficacia es máxima cuando lo traducimos a imágenes:
el aire caliente empaña un cristal, el frío apaga la llama de una vela
Gracias a esta simple imagen mis alumnos y alumnas no tienen ninguna dificultad para tocar un do grave fuerte y limpio.
Para que las notas de la segunda octava suenen bien y no resulten chillonas se necesita otro pequeño esfuerzo de imaginación: hay que apagar una sola velita puesta encima de una tarta de cumpleaños teniendo cuidado de que no se vuele todo el azúcar glas del pastel.
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¡Pero qué idea tan estupenda! No se puede ser más gráfico; habrá que ponerlo en práctica. Gracias por compartirlo.
Un saludo.
Ya me contarás qué tal funciona con tus alumnos/as.
Un abrazo
Vaya, con todo el tiempo que he estado tocando la flauta dulce y con todo lo que me gusta ¡y nunca había pensado en la intensidad para las notas de esa manera! Lo veo algo muy interesante, la verdad, y para alguien que aún no le haya «cogido el truquillo» a la flauta dulce seguro que viene muy bien.
Hice bien en seguir la recomendación de Máximo y visitar este blog, que está lleno de artículos interesantes relacionados con la música.
Por si no sabe quién soy; soy la alumna de 1º de DAI que siempre lleva una placa de un manga en la gorra o en el cuello y que pasa todos los días por delante de su clase. Más de una vez me quedo mirando por la ventana cuando paso en hora de clase, o simplemente escuchando en el pasillo el sonido de las flautas; espero que no sea molestia.
Saludos, Yren.
Hola Yren,
Muchas gracias por tu visita y el comentario tan simpático.
Desde luego que no es ninguna molestia para mi, al contrario: si te apetece, un día tráete la flauta y, en una hora que tengas libre, entras y tocas un poco con nosotros… ya sabes qué obras estamos trabajando y las partituras las encuentras aquí. 🙂
Un saludo, nos vemos en el instituto.
Algo de esta usual complicación ya lo hablaba Dina Poch de Grätzer en su Libro La flauta dulce en el Aula. Pero no tan específico como ésta. Gracias a esta estupenda y clara explicación me será más fácil abordarlo así con mis alumnos.
Muchas gracias por compartirlo!
Gracias por tu comentario, Angélica.
Me alegra que te interese y espero que te dé los buenos resultados que me está dando a mi.
Un saludo
Concuerdo totalmente. Después de más de 30 años con soprano y contrato arranqué con un tenor de resina. Como es más grave por su registro, utilizo mucho aire cálido.
Y el problema es que hay una excesiva condensación de humedad que me opaca el sonido. Vivo destapandola. Algún consejo?