Hace veinte años…
Hay veces que nos parece que el tiempo corre tan rápidamente que se nos escapa de las manos, otras que avanza con una lentitud exasperante y otras más, los momentos más felices, en las que eso es simplemente algo que no nos preocupa, pues estamos viviendo intensamente cada instante que pasa.
También hay momentos en los que algo nos detiene y nos hace volver la mirada hacia atrás, llevándonos a una época en la que éramos muy diferentes, a veces tanto que nos resulta difícil reconocernos.
Eso es lo que me ocurre mirando el siguiente vídeo, que rescaté este verano en casa de mis padres y que cumple hoy exactamente 20 años.
A principios de 1991 trasladé mi residencia a España. A comienzos de la primavera de ese mismo año recibí la visita de mi familia. Aprovechando la ocasión, el 4 de abril mi hermana Cinzia al piano y yo al violín dimos un concierto dedicado enteramente a Mozart, de quien se celebraba el 200º aniversario de su muerte. El escenario del concierto era la Casa de la Cultura de Estepona, en provincia de Málaga, y el programa consistía en tres obras del compositor de Salzburgo: la Sonata en sol mayor, K.301; la Sonata en la mayor K.305 y la Sonata en sol mayor, K.379.
La grabación se realizó con una cámara doméstica VHS y, además de la baja calidad de la imagen y el sonido, hay muchos segundos en los que la imagen está muy estropeada. Aún así, considero que esas no son razones para que no publicarla aquí, para recordar esos momentos entrañables con todos mis seres queridos, Cinzia la primera, y de paso demostrarles a mis alumnos y alumnas que hubo un tiempo en que tuve una negra y abundante melena.
Son maravillosas las piezas. Qué afortunados sus alumnos por poder disfrutar de un profesor con esa destreza con el violín, espero que lo sepan apreciar.
Muchas gracias, Ana, por tus palabras tan amables.
Me ha encantado este post, ¡muy humano! Además, como decía Adamo, recordar es revivir.
Abrazos, Montse
Muchas gracias, Montse.
Un abrazo
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Oh Massimo, ¡qué gracia me ha hecho!. Me cuesta un poco reconocerte, con barba y melena 🙂 .
Me ha encantado tu entrada y por cierto,… qué «requetebien» tocas el violín, es un placer escucharte, bueno, escucharos, a tí y a tu hermana. ¡Qué bonito!
Un besote