Pizzicato y mecanografía

PizzicatoLos instrumentos de cuerda frotada suelen tocarse con el arco, un artilugio formado por una vara de madera en la cual está tensado un manojo de crines de cola de caballo que, previamente embadurnadas de resina para aumentar su fricción con las cuerdas, provocan la vibración de éstas. Sin embargo a veces el compositor inserta algunas notas que tienen que ejecutarse sin el arco, esto es, pulsando las cuerdas como si se tratara de una guitarra o un arpa.

Para definir esa manera de producir el sonido se utiliza la palabra italiana pizzicato, que literalmente quiere decir pellizcado. El compositor advierte al intérprete de que hay que ejecutar ciertas notas de esa manera escribiendo en la partitura: pizz antes de la primera nota pizzicata y con l’arco cuando hay que volver a frotar las cuerdas.

El único instrumento de cuerda frotada que hace un uso bastante frecuente del pizzicato es el contrabajo en la música jazz. Sin embargo, en el violín y los demás instrumentos de su  familia (viola y violonchelo) el pizzicato no se emplea muy a menudo, ya que su sonoridad seca y de muy breve duración no permite la misma expresividad del arco, quedándose relegado a momentos puntuales en los que se usa como efecto.

Hay estupendas excepciones de obras que utilizan el pizzicato desde el comienzo hasta el final, como es el caso de la Pizzicato Polka de los hermanos Joseph y Johann Strauss o de esta otra pieza, interpretada por Paganinus, una orquesta infantil portuguesa, cuyo título es Plink, plank, plunk!

El autor de esta obra tan divertida es Leroy Anderson, un compositor estadounidense que recordamos hoy por ser el 35º aniversario de su muerte.

Su catálogo está compuesto principalmente por piezas breves y ligeras, de fácil escucha y generalmente cargadas de cierto humor, como es el caso de su obra más famosa: La máquina de escribir, interpretada por el percusionista Martin Breinschmid acompañado por la Strauss Festival Orchestra de Viena.

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  2. Eduardo Larequi Reply

    Me alegra conocer al autor de esa pieza mecanográfica, que he oído infinidad de veces como fondo sonoro de anuncios y comerciales, pero de cuyo origen no tenía ni la menor idea.

    Aunque muy distinta por tono y carácter, no me extrañaría nada que hubiera servido de inspiración para el tema principal de la película Expiación (Atonement es su título original), de Joe Wright, basada en la maravillosa novela de igual título, obra de Ian McEwan.

    La música de esta película, de Dario Marianelli, comienza con el llamado «Tema de Briony», de sonoridad muy mecanográfica. A mí no me gustó demasiado, pero se llevó el Oscar de Hollywood en su edición de 2008. Lo tienes aquí: https://www.youtube.com/watch?v=SXoFtTZTJAw.

  3. Massimo Pennesi Reply

    Me encanta verte por aquí, Eduardo, trayendo reflexiones y datos tan interesantes.

    El uso de una máquina de escribir como instrumento musical es algo tan extraño que es imposible no relacionar las dos obras aunque éstas sean, como bien apuntas, tan diferentes en cuanto a tono y carácter.

    Aunque sea más que probable que Marianelli conociera esa obra cuando compuso la suya, de ella no extrajo más ideas que el empleo musical de esa herramienta de oficina.

    En Anderson las pulsaciones de las teclas se limitan a doblar la melodía principal, ejecutada alternativamente por los violines y los vientos, subrayando su ritmo. Más interesante es el empleo que hace del retorno de carro y de la campanita.

    Por el contrario, Marianelli, tras presentarla como objeto no musical, usa la máquina de escribir para dialogar primero con la melodía minimalista del piano y luego con el entramado contrapuntístico de toda la orquesta. El sonido final, la extracción del papel, debería ser la tónica que completa la cadencia perfecta empezada por los últimos dos acordes de la orquesta. Sin embargo no le encuentro la fuerza necesaria para afirmar ese final y esa cadencia queda suspendida… pero quizás esa misma era la intención del autor.

  4. Eduardo Larequi Reply

    Es una gozada leer este tipo de respuestas, Massimo, y más cuando quien las redacta conoce bien el oficio y su vocabulario técnico. A mí me apasiona la música en casi todas sus facetas, y especialmente la música para películas, pero reconozco que me falta el conocimiento experto.

    Encantado de aportar mi granito de arena, aunque sea de simple aficionado entusiasta.

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